sábado, 15 de enero de 2011

Corazón joven en Amsterdam

 Una señora rubia con actitud alegre, que me recordaba a una tabernera de siglos pasados nos llevó el par de expresos que habíamos pedido. Algo se sentía en el aire, y ya no era la mariguana, la habíamos dejado algo lejos, era un cumpleaños, el número 71 de la señora cuyo nombre no recuerdo, lo que recuerdo, era que todos reían, gritaban, hacían bromas, bailaban, se divertían mucho. Nosotros estábamos calmados, conversando en voz baja, cualquier observador, quizás con pensamientos nublados por los prejuicios de la sociedad y la televisión, nos hubiera visto y dicho erróneamente "Mira que calmados, hasta parece que ya están viejos" pues aquí NO, aquí los "viejos" (sólo de edad) saltaban gritaban y se divertían como adolescentes y niños.

foto tomada por la festejada de 71 años.
   La cumpleañera se acercó a nosotros y preguntó de donde veníamos, le contestamos, sonrió con gusto, levantó su cerveza y gritó: "Festejen también por nuestros amigos de México que nos visitan hoy". Nuestra noche de calma dio un vuelco y se convirtió en una noche especial en la que platicamos con la festejada de 71 años y con sus amigos. Nos ofreció una ensalada de papa que ella había preparado, yo terminé bailando y dando saltos con la señora y sus amigas. Recuerdo que la señora nos enseñó una foto de ella, era un foto montaje de su rostro sobre una chica de bikini y nos dijo agitando el cuerpo con una sonrisa enorme en la cara "Miren mi foto, ¿a poco no estoy bien buena?"

 Lo que aprendí esa noche tan especial, algo que quizá todos sabemos, pero a veces conforme va pasando el tiempo lo olvidamos, es que no hay edad para divertirse como locos, como jóvenes, como niños, hay que mantener siempre joven el corazón, sin importar  las carreteras  y surcos que se hayan acumulado en la piel o los kilos extras o las olas de canas que a veces pueden ser llevadas como un dulce y rosa algodón de azúcar sobre la cabeza, sin importar que quizá ya se necesite un amigo de madera para caminar, pero si por fortuna la vida aún nos mantiene aquí, con alegría hay que saltar y agitar el cuerpo, reír con estruendo, tener vivo y feliz a ese niño interior hasta el final.
Pongo este video al final porque me recuerda algo de la actitud de la gente ese dia :)

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