martes, 4 de enero de 2011

después de querer cortarse las piernas para dormir; te chai en tierras tedescas...



Primero de septiembre en México, seguramente ya es dos en Europa, no tengo idea de qué hora sea, oigo decir la hora a una azafata pero no sé si habla de mi hora; o su hora española, en ese momento entendí que no hay verdad ni hora absoluta.

Tres películas, una comida, mi oído intruso en la platica de unos argentinos y algunos intentos de dormir, ¿por qué no me puedo desprender las piernas las horas de vuelo que faltan y guardarlas en el maletero por un rato? Quiero abrir la persiana y ver la luz, de repente anuncian que en poco tiempo aterrizaremos en Madrid para hacer la conexión a Frankfurt, hora de comunicarse con el poco alemán que sé.

 Mientras la banda empieza a poner nerviosas a varias personas que no ven su maleta salir; entre ellos una argentina (no era la misma del avión, esta era otra que parece que iba a hacer la ruta de los castillos cerca del Rhin) me dice "esto me da terror" y señala la banda con la mano temblando; no le da terror que el avión se caiga, no teme un ataque terrorista, no; lo que le da terror es que pierdan su equipaje, pero también es comprensible, bien se sabe que en el equipaje cada quien trae unos kilitos de secretos y cosas que a veces solo a uno le son útiles y quizás nadie mas entendería.

Después de trasladarse al metro para  tomar el tren a Colonia, ahora lo contrario, simular  no  entender ni una palabra de alemán, para no darle más centavos  a una indigente, que, ya veía yo sus intensiones, si no le daba  más dinero quería que la limosna fuera el delicioso y saladito pretzel que acababa de comprárme. Minutos más tarde prender ora vez el swicht del alemán para explicarle a un chico cuantos boletos necesitábamos y para que hora, y correr hasta el último anden como locos y para preguntar  "nach Köln?", al ser la respuesta afirmativa aventar las maletas y subirse al tren en el último minuto. Pensaba que eso era algo difícil, sin saber aún, que horas mas tarde íbamos a tener que escurrirnos rápidamente de un Starbucks  porque sin querer, les empezamos a quemar algo...

nach Köln!

bar del tren

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